De aventura

Benjamín Toro y Elías Santillan superan las fronteras del BMX en lo nuevo de Xplor

El dúo de riders Benjamín Toro y Elías Santillan nos cuentan sobre la situación del BMX en México y cómo es que la adrenalina se convierte en el motor de sus acrobacias.
Riders Benjamín Toro y Elías Santillan en Toboganxote de Xplor
Benjamín Toro y Elías SantillanCortesía

El BMX sale del concreto para llevar el espíritu de aventura a nuevos niveles.

La adrenalina se manifiesta de maneras distintas en cada persona. Para algunos es el sudor en las manos, mientras que otros simplemente se quedan petrificados. Sin embargo, para los riders Benjamín Toro y Elías Santillan, la adrenalina es aquello que los impulsa a hacer todo lo que nunca antes imaginaron, a vencer los miedos y dar —literal y figurativamente— vuelta al volante. Este dúo de ciclistas llevan más de 8 años inmersos en el mundo del BMX —una modalidad del ciclismo también conocida como bicycle motocross—. Más allá de la adrenalina que los mueve, su pasión es notoria. No solo se trata de la jovialidad que los distingue cuando hablan sobre las dos ruedas, también es la emoción que transmiten cuando cuentan lo que significa andar en bicicleta y cómo esta se ha convertido en una extensión de sí mismos.

No es un secreto. El BMX no es el deporte más popular en México. En realidad, alrededor del mundo, apenas goza del mínimo reconocimiento que merece, en parte gracias a que en 2020 debutó como una de las disciplinas de los Juegos Olímpicos de Tokio. “Al BMX, en México, no se le da el apoyo que merece, sinceramente. Es un deporte olímpico, es un deporte muy difícil, de mucha disciplina, muy lindo y no se le da apoyo que se merece. No hay apoyo, no hay federaciones. No hay nada que apoye como tal al BMX. Muy pocas empresas, como Vans, apoyan al BMX”, cuenta Elías Santillan. Y mientras en todo el globo se vitorean a los campeones de deportes como natación y atletismo, en nuestro país, el bicycle motocross aboga por un lugar en la mesa con jóvenes entusiastas como voceros. “[Nuestro objetivo] es impulsar el BMX lo máximo posible, lo máximo que pueda, para que la gente conozca más de este deporte. Estamos viendo la posibilidad de cómo podemos llevar eso a más personas. Qué las personas lo conozca”, añade Santillan.

¡Una gran aventura!Cortesía

El bicycle motocross ha estado en las vidas de Elías y Benjamín desde muy corta edad. Tan es así que hoy consideran a este medio de transporte como algo más. “La bicicleta para mí siempre ha sido no solamente un medio de transporte ni algo que te ayude a llegar más rápido, sino una forma de vida, un lifestyle diferente al que muchas personas tienen”, explica Toro. “[Mi bicicleta] es mi bebé, es mi princesa, es mi novia [...] es la que me acompaña a todos lados, la que me es fiel, la que no se raja”. Es entendible tanta devoción, pues incluso si pasamos por alto el valor lúdico, estas máquinas de dos ruedas también sirven como ‘contenedores de vida’ en los que se deposita la confianza y se utiliza el miedo para dar el gran salto. “Cuando hago trucos, cuando hago combinaciones, acrobacias, amo mi bicicleta. Mi bicicleta y yo somos uno mismo. Ella es mi equipo cuando estoy en el aire”, sentencia.

Una nueva victoria para el BMX

“Mi bicicleta y yo somos uno mismo. Ella es mi equipo cuando estoy en el aire”.Cortesía

Pero el compromiso de elevar el BMX también implica llevar su pasión a escenarios insospechados, a sitios que tradicionalmente no asociaríamos a esta disciplina, lugares que es probable que solo tengan algo en común: la adrenalina que provocan. Y es que esta hormona parece ser esencial en las palabras de Benjamín y Elías, pues desde el momento en que se abre conversación, esta sale a flote, como una fuente chispeante de poder. “La adrenalina siempre es muy positiva. Yo era muy miedoso cuando empecé, pero me volví un poco adicto a ese sentimiento de la adrenalina, a que mi corazón latiera muy rápido. Me encanta sentir eso, entonces yo creo que es eso lo que me impulsa”, dice Elías.

Fue ese mismo brote de adrenalina el que detonó un mar de sentimientos en estos riders algunos días atrás, cuando se encontraban a 41 metros de altura a punto de adentrarse en el nuevo Toboganxote del parque Xplor de Xcaret. Lo esperado sería que ambos lo hiciera de la forma tradicional, deslizándose en una balsa inflable con la ayuda de la corriente de agua que lleva por un recorrido de 320 metros. Pero no, Tanto Elías como Benjamín han dejado en claro que lo que realmente los mueve es la adrenalina, esa que solo aparece cuado su instinto vital los hace temer. “Yo creo que va más en la emoción y en el riesgo de hacer algo nuevo. Estar en la bici siempre es algo positivo para mí, algo divertido y algo que me complementa. Pero esa adrenalina siempre [aparece] cuando vas a hacer algo nuevo, algo peligroso”, explica Elías.

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Fue entonces cuando ambos decidieron hacer una hazaña inédita: apoderarse del tobogán, convertirlo en una pista de BMX y desafiando lo tradicional con un montón de acrobacias cuya complejidad pondría a temblar a cualquiera. Enfrentarse a una atracción bautizada como el “primer tobogán 5 en 1 del mundo” es intimidante en sí mismo, pero añade la dificultad de dos ruedas y tienes un reto de calibre único. “Fue una locura. Nunca en mi vida había tenido una rampa que me hiciera sentir así. Hasta mi corazón como que se frenaba un segundo. Cuando llegué hasta arriba sentí como si estuviera flotando. Sentí una adrenalina absurda”, comparte Elías sobre su experiencia, similar a la de Benjamín: “Habíamos entrenado mil veces en rampas similares a las curvas del tobogán. Sin embargo, las curvas del Toboganxote son muy diferentes [...] Una vez pisando las curvas con el caucho de mi bicicleta, se sintió muy diferente a como yo creí que se iba a sentir”.

“Yo era muy miedoso cuando empecé, pero me volví un poco adicto a ese sentimiento de la adrenalina, a que mi corazón latiera muy rápido”.Cortesía
“La bicicleta para mí siempre ha sido no solamente un medio de transporte ni algo que te ayude a llegar más rápido, sino una forma de vida”.Cortesía

Hazañas como esta no suelen pasar desapercibidas. Por encima de lo visualmente impresionante que resulta ver a un par de jóvenes montados en una bicicleta elevarse en el aire, es imposible ignorar que lo que Benjamín y Elías hicieron va a contracorriente: al final este dúo de riders y Xcaret tienen algo en común, ambos buscan darle la vuelta a lo tradicional, ir más allá de lo establecido. Después de todo, hacer que un tobogán, que fue concebido para usarse en condiciones de humedad y sobre una balsa inflable, sirva como pista de BMX no podría ser más controvertido.

Horas más tarde de superar el reto del Toboganxote, cuando me reúno con Benjamín y Elías no hay voces titubeantes, ni manos sudadas, mucho menos latidos de corazón a gran velocidad. El único rasgo de aquella adrenalina es la emoción que transmiten y cuentan esa gran experiencia en el parque Xplor, la que les permitió realizar una hazaña digna de ser transcrita directamente a los libros de historia del BMX.