No siempre hay que seguir las reglas, pero cuando se trata de reglas para vestir fresco en la oficina, entonces no hay nada que perder y puedes encontrar la forma de mantener el estilo y la elegancia, pero sin morir de calor en el intento.
El calor es terrible y, en los últimos años, hemos llegado a temperaturas récord. La Ciudad de México, por ejemplo, experimentó una temperatura de 32 grados en el mes de abril, y el resto del mundo se encuentra en la misma situación, en la que las primaveras y los veranos se están volviendo más y más calurosos, y las ganas de salir en shorts y tshirts a todos lados van en aumento.
El problema es que no se puede ir de shorts a todos lados, especialmente a las oficinas. Es verdad que muchos lugares de trabajo se han vuelto más abiertos en cuanto al código de vestimenta, pero siguen existiendo algunas normas y algunas cosas que no se permiten, y es por esto que hay que encontrar la forma de mantener la comodidad sin perder el estilo.
Cuando hace calor, seguir algunas reglas puede ayudar a que no se pierda la elegancia y la formalidad, pero sin arriesgarse a sudar en exceso o a sentir un nivel de calor que no permite pensar con claridad.
5 reglas para vestir fresco en la oficina (sin perder la elegancia)
Ve por colores claros
Los colores claros no absorben el calor de la misma manera que los colores oscuros, es por esto que las colecciones de moda y las tiendas de ropa se llenan de ellos cada primavera y verano.
Elegir un outfit clásico (como una camisa de botones, con pantalones de vestir, o cambiar tu traje negro por uno beige), pero en una gama de colores más claros, puede ser una gran estrategia para vestir bien en la oficina en temporada de calor. Y siempre puedes agregar pequeños toques coloridos para que todo se vuelva más interesante.
Materiales frescos, pero elegantes
El lino y el algodón son materiales muy usados durante las temporadas más calurosas, esto porque son fibras naturales que permiten que tu piel respire y que te mantengas fresco, y que además se pueden ver formales y elegantes según la combinación y el tipo de prenda.
Unos pantalones de lino no fallan, lo mismo con una camisa del mismo material o unos pantalones de vestir a base de algodón. También puedes apostar por tejidos ligeros y más abiertos para tus camisas polo o tshirts.
Cortes más holgados y siluetas balanceadas
Llevar la ropa demasiado ajustada puede hacerte sudar, así que se vale probar con pantalones de piernas anchas, cortes oversized o siluetas que sean un poco más holgadas, para que te puedas sentir un poco más libre.
En este caso es muy importante tomar en cuenta las proporciones, evitando que las prendas lleguen a ser demasiado grandes o largas, para que no parezca que saliste de casa en pijama o que la ropa te queda grande.
Menos capas de ropa o capas de ropa más inteligentes
Cuando hace calor no necesitas ponerte un traje de tres piezas o llevar una camisa, un chaleco y una chaqueta a la oficina. Debes construir outfits que se vean completos y terminados, pero sin un exceso de capas o eligiendo de forma inteligente. Por ejemplo, puedes llevar una tshirt debajo de un chaleco tejido, o usar una camisa de lino con un pañuelo en el cuello en lugar de una corbata, y sin usar saco para evitar el calor.
Menos es más cuando hace calor.
Las sandalias no son para la oficina, pero hay opciones
Definitivamente no es buena idea llevarte unas sandalias de playa a la oficina, en especial a aquellas que tienen códigos de vestimenta más formales o clásicos. Pero tampoco necesitas ponerte botas o zapatos con calcetines gruesos.
Puedes jugar, por ejemplo, con los mocasines, con tenis de tela o con zapatos de verano que te permitan estar más fresco.
