“Hacer algo que es completamente innecesario pero que nos da alegría satisface una necesidad humana muy importante”, afirma el CEO de IWC Christoph Grainger-Herr, en la sede central de la marca en Schaffhausen, mientras nuestra conversación gira en torno al nuevo y enloquecedoramente complicado IWC Portugieser Eternal Calendar: “Porque si solo hiciéramos lo funcional, lo soso y lo útil, el mundo sería un lugar tremendamente aburrido”.
Si buscas razones por las que IWC y Grainger-Herr consideran importante crear un reloj que mantenga su precisión durante 45 millones de años, prueba con esta: “Existe este rasgo humano de necesidad de sobrepasar los límites para encontrar las imperfecciones, el carácter y la emoción que no encontramos en las aplicaciones [de nuestros teléfonos]”, añade. También es producto del ingeniero que todos llevamos dentro: “entusiasmarse con cosas que a nadie más le importan y buscar continuamente mejorar algo, y luego pasarse como locos porque en los momentos de mayor necesidad la gente sigue queriendo soñar”.
Dicho así, el IWC Portugieser Eternal Calendar 44mm empieza a tener más sentido. La demanda de calendarios perpetuos y relojes con indicación de fase lunar rara vez ha sido tan elevada. Es el primer calendario perpetuo secular de IWC que, además de ser capaz de reconocer la duración de cada mes y de añadir un día bisiesto cada cuatro años, también puede sortear hábilmente las complejas reglas de excepción de los años bisiestos del calendario gregoriano gracias a un nuevo engranaje de 400 años en el movimiento. Pero es el nuevo engranaje reductor el que realmente cambia las reglas del juego, ya que significa que en los próximos 45 millones de años la indicación de la fase lunar doble (de alguna manera) solo se desviará de la órbita lunar un único día.
La mejor noticia es el modelo elegido para mostrar estas locas novedades. Después de unos años en los que la marca se ha centrado en modelos como el Pilot's Top Gun y el Ingenieur, este año el Portugieser se convierte en el centro de atención con 17 nuevas piezas en una gama de nuevos colores como el Dune (beige), el Horizon Blue (azul cielo), el Obsidian (negro) y el Silver Moon (gris). Fabricado por primera vez en 1939, el Portugieser es con diferencia el modelo más icónico y clásico, pero también accesible, del fondo de armario de IWC. Además, es muy popular entre personalidades como Chris Evans, Kieran Culkin y James Marsden.
“A la hora de equilibrar la continuidad como marca con la innovación y la invención, el Portugieser es una hermosa forma de volver a lo que somos en esencia”, afirma Grainger-Herr. “Hace que algo muy complicado [como el Calendario Eterno] parezca bastante sencillo. Hay un linaje completo que es absolutamente estable en términos de su expresión de diseño central —se encuentra justo en el medio entre los relojes muy clásicos y muy deportivos—. Posee modernidad y legibilidad, pero también refinamiento y una amplia gama de funciones”.
Entre los demás modelos Portugieser que se presentan en Watches and Wonders 2024, hay cuatro nuevos calendarios perpetuos de 44 mm. Dos con caja de oro y esfera Obsidian o Silver Moon, dos de oro blanco en Dune y Horizon Blue, y un exclusivo reloj con tourbillon de cuerda manual Day and Night con esfera negra. En el otro extremo del espectro de precios, hay cuatro Portugieser Automáticos de acero inoxidable de 42 mm, dos versiones de oro de 42 mm y 40 mm y tres nuevos Portugieser Cronógrafo.
“Cuando se piensa en un Portugieser Cronógrafo o un Portugieser Automático 40, a menudo son las primeras y únicas compras de relojes [que alguien hace] y básicamente se está recibiendo todo el ADN de IWC”, dice Grainger-Herr. “Por otro lado, hay personas que claramente no están comprando su primer reloj, que buscan una pieza realmente complicada como un Tourbillon Day and Night o un Calendario Perpetuo con un valor narrativo y emocional adicional”, con precios que oscilan entre los 8,700 y los 165,000 dólares, lo que es sintomático del amplio atractivo del Portugieser. Y gracias al alucinante Calendario Eterno, ese cometido se ha ampliado aún más.
Artículo publicado originalmente en GQ UK.
