Hombres del Año

Las viudas de los jueves y los secretos del elenco

Las viudas de los jueves es dolorosa, trágica e incómoda. ¿Qué significó este proyecto en la carrera de sus protagonistas? ¿Cómo abordaron a sus personajes? Ellos mismos nos cuentan.
Irene Azuela Omar Chaparro Humberto Hinojosa Zuria Vega Cassandra Ciangherotti y Juan Pablo Medina
Irene Azuela, Omar Chaparro, Humberto Hinojosa, Zuria Vega, Cassandra Ciangherotti y Juan Pablo Medina de Las viudas de los juevesLuis Garván

Hay ocasiones en que los estereotipos pesan más que un buen trabajo. Apenas se anunció el cast de la serie Las viudas de los jueves, estos prejuicios comenzaron a fluir a diestra y siniestra en las redes sociales. ¿Omar Chaparro? “Es un actor al que no se le puede tomar en serio”. ¿Irene Azuela? “Es una actriz seria e inalcanzable”. Y mucho más: “Cassandra Ciangherotti es la reina del cine indie con una personalidad peculiar”; “Zuria Vega es la princesa que llega a completar el legado de una dinastía”; “Juan Pablo Medina es el galán al que nadie se puede resistir”. Nada más alejado de la realidad, y bastan unos minutos de charla con este poderoso reparto para echar por tierra cualquier esquema y juicio.

Basado en la novela homónima de Claudia Piñeiro, este proyecto de Netflix que se estrenó hace un par de meses se sumerge en un mundo lleno de privilegios y lujos, pero también de mentiras, secretos, engaños y personajes profundamente dañados y desesperados por encajar. Capítulo a capítulo, el serial va revelando los verdaderos colores de Mavi (Ciangherotti), Teresa (Azuela), Mariana (Vega), Carla (Sofía Sisniega), Gustavo (Alfonso Bassave), Lala (Mayra Hermosillo), Martín (Pablo Cruz), Tano (Chaparro) y Ronie (Juan Pablo Medina), un grupo de amigos tan privilegiados como desconectados de la realidad; un viaje a las profundidades del ser humano, de la misma manera en la que una matrioshka —esas muñeca rusas de varias “capas”— va mostrando sus distintos rostros.

El rostro más auténtico

Cassandra Ciangherotti interpreta a Mavi.Luis Garván
“Eso nos movió a todos hacia esa parte oculta del ser humano que muestra máscaras todo el tiempo y que se presenta de una forma cuando está con la gente y de otra cuando está solo”.Luis Garván

Se dice que el arte imita a la vida y aquí lo experimentamos en un grupo de personas que no existen, pero que bien podrían ser nuestros amigos, vecinos o cualquier líder que vemos en los medios de comunicación. Todos conocemos a alguien como ellos. El trabajo de los actores fue darles vida, convencernos de que son reales y de que no son tan diferentes a nosotros. “Al final, lo que creo que conecta, independientemente de dónde vengas o qué contexto tengas, son las emociones, los sentimientos y el amor hacia los otros; independientemente del género, la edad o lo que sea. Lo que sí compartimos todos es eso, el amor al hijo, al padre, a la pareja. Si logras conectar a la audiencia con las emociones de los personajes y los pones en situaciones extremas, sean cuales sean estas, siempre vas a conseguir una especie de conexión con el público”, reflexiona el director de la serie, Humberto Hinojosa, creador también de proyectos como Luis Miguel: la serie y Camino a Marte.

Humberto Hinojosa, director de Las viudas de los jueves.Luis Garván

El mexicano Omar Chaparro se metió en los —costosos— zapatos de Tano, un empresario opulento y extravagante que se ahoga en su propia presión y que se ha comprado un concepto de sí mismo creado como una máscara o armadura para protegerse de sus carencias. “Creo que al final del día todos estamos cagados de miedo, y cuando logras realmente hacer un personaje verdadero, honesto, no va a importar a qué se dedique. Todos tienen sus razones y la raíz de su dolor”, expresa el actor respecto a uno de sus papeles más demandantes y cuyo registro nos permite asegurar que es el mejor trabajo que ha entregado a cuadro hasta la fecha.

En las palabras de Omar, es donde radica una parte de la magia de la serie: mostrarnos a personajes ficticios, pero cargados de humanidad; una humanidad que quizá llega a debilitarlos, como ocurre con el propio Tano o con el deseo de Teresa y la depresión de Ronie; una humanidad cercana que hace al espectador querer ir más allá y conocer verdaderamente a quiénes está viendo en su pantalla. “Hay universos dentro de cada historia y te preguntas quiénes son las personas que están detrás del encuentro social. Eso nos movió a todos hacia esa parte oculta del ser humano que muestra máscaras todo el tiempo y que se presenta de una forma cuando está con la gente y de otra cuando está solo”, suma Cassandra Ciangherotti, quien hace un par de años se llevó un Premio Peabody junto con el cast de la serie Los Espookys y que en Las viudas de los jueves interpreta a una mujer que se mueve en piloto automático mientras observa —y relata— la historia.

“A mí lo que me gustaría es que las salas de cines no se perdieran, porque me parece que la experiencia de sentarte en una butaca es muy distinta a la que tienes en tu casa”.Luis Garván
Irene Azuela interpreta a Teresa Scaglia.Luis Garván

En un tono “apagado y monótono”, que refleja parte de su hastío, Mavi Guevara (Ciangherotti) es nuestra guía en esta cúpula de privilegio, donde sus residentes se aferran a una realidad mal construida que puede venirse abajo en cualquier instante. “Algo curioso es que pareciera que esta serie está planteando a personajes aspiracionales, pero realmente no lo son, son personajes que vienen desde el privilegio, pero ese privilegio que los mueve los deja sin herramientas necesarias para salir de sus problemas. Eso los lleva a tomar medidas desesperadas, porque nunca han tenido que hacer algo y no tienen herramientas de vida para salir adelante. Es muy interesante que estos papeles, además de que son tan distintos, tienen una misma motivación, que es pertenecer, y cuando les quitan esto se vuelven nada. Da cierto rechazo ver a personas que aparentan tenerlo todo, pero realmente están vacías”, explica Juan Pablo Medina.

Sin lugar a dudas, eso de la apariencia va mucho más allá del set y de los personajes creados por Claudia Piñeiro; es uno de los muchos ecos del mundo real, algo que nos habla sobre las máscaras, lo que hacemos por mantenerlas y los vínculos que formamos a través de ellas. “Me parece interesante cómo la historia retrata las carencias que uno tiene y el hecho de que si uno se empieza a vincular con los demás desde las heridas, se vuelve una forma no sana de relacionarnos, no solo con los amigos, sino también con los hijos, como pasa en la serie con el personaje de Irene [Azuela]. Este proyecto se pregunta hasta qué nivel pueden llegar los vínculos superficiales cuando te relacionas con alguien porque te conviene, por cómo se ve, por lo que tiene. Desde esa cosa tan básica que es la amistad, todo parece estar calculado y creo que todos, en mayor o menor escala, nos hemos visto en situaciones donde sentimos que no encajamos y que de pronto tenemos que cumplir un estándar de belleza, económico o de moral para pertenecer o ser aceptado. Esto es algo que involucra a cualquier persona sin importar el sector social”, suma Zuria Vega a la conversación.

Juan Pablo Medina interpreta a Ronie.Luis Garván
“Algo curioso es que pareciera que esta serie está planteando a personajes aspiracionales, pero realmente no lo son, son personajes que vienen desde el privilegio, pero ese privilegio que los mueve los deja sin herramientas necesarias para salir de sus problemas”.Luis Garván

Para Teresa —interpretada por la ganadora del Ariel Irene Azuela— esa necesidad de ser aceptada es un detonante en el que la ambición se convierte en el combustible de su vida, determinada por la obsesión por la perfección y por la falta de escrúpulos para conseguirla. “Ella no lo oculta. Yo creo que ella hace un personaje de ello”, comparte Irene sobre su papel, cuya existencia se basa en la apariencia. “Se trata de no pensar, se trata de estar ahí en la escena. Presente. Cagarme de risa, responder a lo que dicen y estar pendiente de que mi bolsa no esté en el piso, en el pasto, llena de lodo. Si no que esté bien porque es una Gucci y decir ‘tengo ganas de coger’ si tengo ganas de coger. Ser muy descarada”.

Aquí no hay héroes ni villanos, no hay absolutos; hay una escala de grises donde podemos ver a distintas versiones de personas reales, llenas de fallas; seres aparentemente despreciables, pero que son la suma de muchos pesares. Para Omar, “todos tienen sus raíces y razones para hacer las cosas. En el fondo nadie es totalmente malo. Nadie es un villano absoluto. Simplemente tienen heridas distintas [...] Empiezas a entender desde dónde viene su dolor y dices: ‘claro, me identifico’”. Un trabajo de introspección que deja ver lo complejo —y mundano— de su labor como actor serio.

“El reto que tiene un actor es precisamente separarse de sí mismo, distanciarse de su esencia y confiar en que estás creando algo alejado de ti”.Luis Garván
Omar Chaparro interpreta a Tano Scaglia.Luis Garván

Si bien esta no es la primera ocasión en la que Omar Chaparro interpreta a un personaje que no busca conseguir la risa del público —en Unión y Lucha, por ejemplo, se mete en la piel de un boxeador migrante con lágrimas en los ojos—, sí es la más sorpresiva. A pesar de ello, al final del día en eso consiste el trabajo de un actor: en mutar. Incluso más allá de únicamente dar vida a Tano Scaglia, “el reto que tiene un actor es precisamente separarse de sí mismo, distanciarse de su esencia y confiar en que estás creando algo alejado de ti”, comparte Omar sobre lo que representó hacer este personaje. Tano es distinto a lo que ha hecho antes, pero para el protagonista de Como caído del cielo, el lograrlo no fue más que el meollo de la actuación misma.

Las viudas de los jueves, ganadora del Premio GQ Hombres del Año 2023 a serie del año, ya terminó, está en el pasado y es otro punto más en la lista de éxitos para los actores mexicanos que le dan vida; sin embargo, también representó un momento para reflexionar, aprender y pensar en lo que viene después, lo que quieren hacer ahora y en cómo abordan sus proyectos.

“Con la conciencia de redescubrirte como artista, como mujer y ser humano, llegas a entender qué quieres contar, a qué le vas a dar una voz, a qué le vas a dar tu tiempo. Creo que yo me he vuelto más celosa de mi energía, a qué se la pongo y a qué se la dedico, porque al ponerla en un lugar, la estás quitando de otro”, dice Zuria y continúa: “Cuando elijo algo, es algo que voy a hacer con todo mi corazón, independientemente de que sea una obra de teatro, una serie de Netflix o algo para la televisión abierta, tiene que haber una sensación de satisfacción. A mí me gusta elegir cosas de las que me sienta orgullosa de hablar después”.

Zuria Vega interpreta a Mariana Andrade.Luis Garván
“Cuando elijo algo, es algo que voy a hacer con todo mi corazón, independientemente de que sea una obra de teatro, una serie de Netflix o algo para la televisión abierta, tiene que haber una sensación de satisfacción”.Luis Garván

Ahora la industria ha cambiado, los actores pueden saltar del cine, al teatro, la televisión o el streaming sin arriesgar su posición en uno o en otro, un factor que suma a sus carreras y las nutre. “Me sorprende muy positivamente cómo ha ido creciendo la industria en los últimos años. Hace una década o dos era otra cosa. Hacías telenovelas o hacías cine, pero una vez cada cinco años. O hacías teatro universitario chiquititito, de esos proyectos de los que nadie se enteraba. Las posibilidades eran mucho menores. Actualmente, se abrió el abanico de posibilidades y eso es increíble. A mí lo que me gustaría es que las salas de cines no se perdieran, porque me parece que la experiencia de sentarte en una butaca es muy distinta a la que tienes en tu casa”, agrega Irene Azuela sobre la industria del entretenimiento de la última década.

Más allá de ricos despreciables, personajes trágicos e historias oscuras que desenredan a la humanidad, se necesitan buenas historias para seguir creando y contando, llevarlas tanto al cine como a la televisión. “Lo que está increíble ahora es la posibilidad, como realizador, de hacer muchas cosas”, cuenta Hinojosa, “el sol sale para todos”.