Watches

Los mejores relojes Swatch de todos los tiempos

Estas piezas icónicas demuestran por qué los relojes baratos no solo sirven para iniciar una colección.
Relojes Swatch
Lo mejor de Swatch.Cortesía

Es probable que puedas nombrar las tres grandes marcas del mundo de la relojería. Pero sin duda los relojes Swatch —que llevan decorando muñecas desde 1983— son algunos de los más divertidos y geniales. De lo raro a lo maravilloso, Ernst Thomke, Elmar Mock y Jacques Müller incendiaron el mundo de la relojería imprimiendo la diversión en los relojes de plástico.

Pero no nos dejemos engañar ni un segundo por su asequibilidad, de la que son, por supuesto, maestros. Dada la cantidad de relojes Swatch únicos que existen —y las dos enormes colaboraciones con Blancpain y Omega, que han hecho que las personas hagan filas a fuera de las tiendas durante todo el año, literalmente—, ya es hora de que empecemos a dar a estos compañeros de confianza lo que se merecen, es momento de considerar a Swatch como el complemento perfecto para cualquier colección de relojes, y no solo como el instigador.

Después de todo, si es lo suficientemente bueno para el CEO de Audemars Piguet, François-Henry Bennahmias (en su día el mayor coleccionista de relojes Swatch del planeta), entonces es lo suficientemente bueno para nosotros.

Swatch Hot Stuff, 1995

Un diabólico reloj.Cortesía

“Los colores atrevidos y las esferas a veces ilegibles insuflaron una nueva vida extravagante a la clásica complicación relojera”, afirma el coleccionista de relojes Andrew Cunningham sobre la omnipresente fama de la marca, “Swatch [permite] una forma de identificarte y ser tú mismo. Un Swatch permite eso por muy poco dinero. Puedes formar parte de un movimiento o acontecimiento y que te lo recuerden todos los días”. Y en este cado el movimiento es “Hot Stuff”, tan acertadamente bautizado por Swatch en 1995. ¿Alguna vez habías visto una correa en forma de la cola del diablo? Por supuesto que no, al menos no hasta ahora. Esta bestia traída del pasado, con todo y su caja de 40 mm, afirma que no siempre hay que tomarse la hora tan en serio.

Swatch Putti, 1992

El arte, la moda y la relojería asequible se reúnen.Cortesía

Si alguien sigue insistiendo en que los relojes de marcas de moda son “inferiores” (palabras de los críticos, no mías) en el mundo de la relojería, Swatch se encargará de convencerlo de lo contrario, al igual la diosa de la anarquía, Vivienne Westwood. El reloj Swatch Putti rinde homenaje a las bebés aladas del arte renacentista, impresas en la esfera y la correa de tela. Sublimando la obra del artista rococó de Jean-Honoré Fragonard, a la que Westwood hizo referencia en la pasarela de ese año, Swatch dio la bienvenida a su enfoque poco convencional con el Pop Swatch, diseñado para quitarse y colocarse en cualquier parte del cuerpo, desde el cabello hasta el pie.

Swatch Caramellissima

¿Recuerdo de la infancia?Cortesía

Seguro que has oído la frase de que entrar en el mundo de la relojería es como entrar en una tienda de dulces, pues Swatch lo ha vuelto literal. ¿Recuerdas las pulseras de dulce de tu infancia? Swatch nos dio una alternativa mejor con el Caramellissima, decorando la muñeca con las clásicas cuentas vintage de color pastel. “Es uno de los modelos favoritos que tengo”, dice Karissa, de Watch and Woman, “le da un toque tan divertido a mi estilo”.

Aunque marcas de lujo como Rolex y Cartier nos daban algo con lo que soñar, Swatch nos permite a los amantes de los relojes unirnos a la diversión de la afición con algo tangible que no nos lleva a la ruina. Seguro que hay tourbillones y repetidores de minutos por ahí, pero Swatch nos deja mostrar nuestro gusto por lo dulce, y salvar la billetera.

Damien Hirst 90 años de Mickey Mouse

Un clásico combinado con el mundo del arte.Cortesía

Si hay algo en lo que Swatch es especialista es en llevar las galerías de arte a la muñeca. Hemos visto los relojes de Jean-Michael Basquiat, Roy Lichtenstein y Frida Kahlo, pero el verdadero icono que ha decorado las esferas a lo largo de la historia es el humilde Mickey Mouse, cortesía del genio de la relojería Gerald Genta. En su propio homenaje a la criatura de dibujos animados, Swatch se asoció con Damien Hirst en 2018 para celebrar el 90 aniversario de la magnificencia de Mickey, limitado a 19,999 piezas y el resultado fue una exhibición provocativa en el dial de un mash-up Hirst x Disney que nunca supimos que necesitábamos.

Swatch Sweet Baby, 1996

Simplemente memorable.Cortesía

1996: Un año importante en la historia de la cultura. El año en que Carlos y Diana se divorciaron, El paciente inglés llegó a la gran pantalla y todo el mundo compraba Beanie Babies. Pero lo que realmente se convirtió en el héroe olvidado de estos días de gloria fue el diseño más inexplicable de Swatch hasta la fecha: el Swatch Sweet Baby, decorado tanto en la esfera como en la correa con bebés llorando y riendo. Internet simplemente no puede explicar la razón, pero quién necesita saberla.

Swatch x Alfred Hofkunst ‘One More Time’, 1991

Qué ironía.Cortesía

En la era de las colaboraciones, estas pueden parecer rápidamente un método agotado de ofrecer novedades. Pero no, no en Swatch. Como soberanos de hacer bien una colaboración, en 1991, los relojeros suizos tomaron la visión de Alfred Hofkunst, utilizando un enfoque ilusorio de los objetos más mundanos, creando un conjunto de relojes de temática vegetal que en realidad se vendían en los mercados de verduras de toda Europa. Una genialidad. Desde pepinos hasta tocino, pasando por pimientos, fue un testimonio de la actitud fuera de lo común de Swatch para mostrar que la relojería es realmente arte para lo cotidiano.

Swatch x Seconds of Sweetness, 2023

Un dulce compañero de muñecaCortesía

Y sin más, volvemos a la tienda de dulces. Si te apetece atiborrarte de los mejores productos dulces de Swatch, este año la marca te ofrece el Swatch Seconds of Sweetness. Rindiendo homenaje al humilde Homer Simpson y a su amor por las nonas, la firma se asocia con la familia de Springfield para crear una esfera con una dona sobre el característico color amarillo de la caricatura. “Ningún otro fabricante crea relojes como estos, que representan nociones, acontecimientos, ocasiones, sentimientos y contemplan todos ellos en perspectivas tan diferentes y personales”, continúa Cunningham, “los relojes Swatch, comparados con los más prestigiosos de la industria, son piezas para la gente, podría decirse. Frikis del reloj o no, son para personas que quieren formar parte de algo”.

Swatch Neon to the Max

Un viaje retro.Cortesía

“El enfoque del diseño ‘todo es posible’ es lo que hace que Swatch siga siendo tan relevante hoy en día”, dice Chris James Hall, editor del boletín The Fourth Wheel, “todos necesitamos de vez en cuando relojes que no requieran mucho mantenimiento en nuestras vidas”. Inspirándose en el exitoso Swatch Chrono de los 90 (cuyo precio subió vertiginosamente el año pasado y ahora sería difícil conseguirlo por menos de 850 dólares), la esfera multicolor y los tonos neón traen la luminiscencia del pasado a un usuario moderno. Desde los pulsadores de color rosa intenso hasta la caja de color amarillo brillante de origen biológico, anuncia una nueva era para el coleccionable, permitiendo a su portador realizar pagos seguros sin contacto con únicamente mostrar la muñeca.

Swatch x Musical Watch

Así se escucha el tiempo.Cortesía

Elige una categoría y lo más probable es que haya un reloj Swatch para cubrirlo. Comida, arte, cine, música. Quizás una de las puñaladas más satíricas de la firma de relojes de plástico a lo que en aquel entonces hacían las grandes marcas es el lanzamiento de la colección Swatch x Musical, y la variación de 1994 en particular, que manipula la esfera para crear un lienzo de ruidos onomatopéyicos sobre cómo suena en realidad el paso del tiempo —con ‘Tik Tak Tik Tak’ y ‘Din Don Dan Din’—. Claro que los relojes Swatch son “un grupo de caprichosos relojes de plástico”, comparte Karissa, pero más que eso, “es la marca que da vida al pequeño coleccionista de relojes que hay en mí”. Y por coleccionista se refiere al tipo que busca divertidos e íntimos reflejos de su propia personalidad.

Artículo publicado originalmente en GQ UK.