Hombres del Año

Moishe Mana y sus lecciones del éxito

Migró a Estados Unidos para empezar desde cero hasta convertirse en un visionario hombre de negocios que ha dejado huella en el bienestar social de Miami, Nueva York y, próximamente, Latinoamérica. Esta es la historia de Moishe Mana.
El empresario Moishe Mana con pantalón negro y camisa gris
“Si pudiera dar un solo consejo, sería vencer el miedo, pues es el mayor enemigo”.José Carlos Martínez

Desde pequeño estaba en desacuerdo con las políticas de Israel, su país natal. Y mientras crecía, Moishe Mana fantaseaba con ir a Nueva York para hacer cine. Un día decidió seguir sus sueños y viajó a América, sin tener un plan concreto en mente. Lo único que sabía es que tendría más oportunidades.

Cómo se crea un empresario millonario

En la década de 1980, Moishe llegó a este lado del mundo y, como cualquier migrante que se abre camino, comenzó desde cero. Encontró trabajo lavando platos. Un día, cuando en su trabajo no le pagaron en efectivo, negoció para quedarse con una camioneta y fue entonces que se convirtió en su propio jefe, haciendo servicios como mensajero y repartidor. “Fui muy buen estudiante en Tel Aviv. Toda la familia de mi papá es de abogados pero él no, así que quería que yo fuera abogado para componer el camino. Finalmente, entendió que mi destino era otro”, nos platica.

Después de su emprendimiento inicial, comenzó a adentrarse en el negocio de la renta de bodegas y ahí fue cuando su vida cambió: “Quebranté reglas, me enfrenté a la mafia de Nueva York y hasta recibí amenazas, pues había gente que quería matarme porque rompí el monopolio. No podías estar en el negocio de logística sin incorporarte al sindicato, tenía que tratar con ellos todos los días. Incluso, hubo momentos en los que me persiguieron con armas blancas por la calle”, recuerda.

“Algunas personas logran el éxito por desesperación, otras por inspiración. Yo tenía ambas. Quería cambiar mi vida y el mundo. Pero hay que definir el éxito primero”, reflexiona. “Sé que en muchas ocasiones el éxito se mide por el dinero, pero yo diría que se mide por los logros en la vida. Si pudiera dar un solo consejo, sería vencer el miedo, pues es el mayor enemigo. El miedo de no tratar, de tratar y fracasar, de cambiar. Necesitas tener un deseo muy fuerte, darlo todo y renunciar a muchas cosas para alcanzar tu objetivo. Entonces surge la creatividad, haces lo que tienes que hacer; si no tienes deseo, mueres”, subraya.

“Algunas personas logran el éxito por desesperación, otras por inspiración. Yo tenía ambas. Quería cambiar mi vida y el mundo. Pero hay que definir el éxito primero”.José Carlos Martínez

En su camino para fundar GRM, una de las tres compañías de control de documentos líderes en Estados Unidos, Moishe Mana estableció Milk Studios en el barrio Meatpacking, en Manhattan, el cual inició como un pequeño estudio de fotografía, pero al que hoy en día han recurrido marcas como Calvin Klein y Tom Ford, entre otras. “Otra cosa que he aprendido durante estos años es que no puedes hacerlo todo solo, debes tener un buen equipo y animarlos a que se atrevan. La vida se trata de cometer errores y corregirlos, no hay otro modo. No hay un camino recto, a veces subes, a veces bajas; y yo estuve mucho tiempo en medio. Hice tonterías, me involucré con mujeres, me rompieron el corazón. Hasta que por fin me puse a pensar cuál sería mi siguiente jugada”, nos comenta.

Milk Studios no solamente creció como negocio, sino que mejoró la comunidad alrededor del Meatpacking neoyorkino, y su dueño se dio cuenta de que podía transformar distintas zonas. Fue entonces que eligió Jersey City, en Nueva Jersey, para crear un centro de arte contemporáneo, que también fue un catalizador para impulsar la vida cultural en el área. “Aprendí a valorarme a través de mi productividad, de cuánto hago”, señala. El siguiente paso fue Miami. “Compré terrenos en Wynwood, porque si mi objetivo es contribuir a que un vecindario crezca, hay que tener la filosofía de la inclusión, no de la exclusividad”, asegura. Después siguió Flagler District, también en Miami, donde formó una comunidad comercial para facilitar el intercambio comercial entre Latinoamérica y Estados Unidos.

“Llegó Trump, y sus discursos me parecieron iguales a los de Hitler, mintiendo y distorsionando la realidad. Precisamente por ello, pensé que debía hacer más negocios con los países latinos y elegí la agricultura para luego enfocarme en la tecnología”, explica. “Creo que los mapas son muy peligrosos y desgraciadamente el mundo está construido así. Yo soy un gran defensor de la democracia y la identidad”.

Con este objetivo en mente, Moishe fundó Mana Fashion, un laboratorio textil, y tiene en puerta varios proyectos, como Nikola Tesla —un proyecto en el Downtown de Miami— y el Centro Tecnológico en Flagler Station —también en el corazón de Miami, el cual planea convertir en un hub tecnológico—, entre otros. “He aprendido, gracias a billonarios que conozco, que el dinero puede destruir quien eres. Se creen demasiado importantes y piensan que pueden vivir para siempre. Tienes que cambiar tus valores y darte cuenta de que la suerte existe. Mi prioridad ahora es el impacto en los demás y en el mundo. Lo que importa son los recuerdos y las experiencias. Eso es lo que valdrá realmente al final, no tu cuenta en el banco”, finaliza.