No todo es amor

El lado oscuro de la oxitocina: sus riesgos y efectos más allá del enamoramiento

La oxitocina es conocida por sus efectos positivos, hasta catalogarse como la hormona del amor, pero eso no es todo.
madre con su hijo en la cocina
Los cuidados maternos afectan en el bienestar emocionaljacoblund

Cuando hablamos de oxitocina, lo primero que pensamos es en que se trata de la famosa “hormona del amor”, que sus efectos son siempre positivos y que se vinculan con un estado de bienestar y euforia en el cuerpo, ya que usualmente genera interés, atracción y conexión con las personas. Después de todo, es gracias a esta sustancia que somos capaces de enamorarnos una y otra vez, incluso si racionalmente no lo planeamos, sino como una respuesta física del cuerpo a un estímulo placentero.

Además, gracias a diversas investigaciones en torno a los cambios que vive nuestro cuerpo cuando nos enamoramos o cuando sentimos placer, hemos aprendido que la oxitocina también influye en conductas como palpitaciones, activación de las glándulas sudoríparas (sudoración), alegría, entre otras que forman, hasta llegar casi al cliché, la idea que tenemos de cómo nos sentimos cuando nos enamoramos de alguna persona.

Por si eso fuera poco, la llamada “hormona del amor” también influye en el deseo sexual, el aumento de confianza, la reducción del miedo, el aumento de generosidad, la mejora de funciones de aprendizaje y mucho más. Tan es así, que la droga MDMA (éxtasis) tiene sus conocidos efectos amorosos y de conexión precisamente porque actúa mediante la estimulación de la oxitocina con la activación de receptores de la misma. Incluso, se ha estudiado en roedores que la oxitocina liberada en el cerebro de la hembra durante la actividad sexual es importante para el establecimiento de lazos de pareja monogámica con su pareja sexual (aunque no se puede asegurar que en humanos funcione de la misma manera, pues la monogamia y la sexualidad no necesariamente van vinculadas entre sí).

Con todos estos efectos de la oxitocina en los humanos, que solo terminan de volverse aún más interesantes en otras especies, pues incluso se vinculan con la construcción de lazos familiares, es difícil imaginar que esta sustancia pudiera tener un lado negativo, pero de acuerdo con Jennifer A. Bartz, doctora de la Mount Sinai School of Medicine, la oxitocina tiene un lado oscuro que no se relaciona con el enamoramiento, como solemos pensar.

El lado oscuro de la oxitocina

Si la relación entre madre e hijo fue difícil, la oxitocina lo volvió más presente.

OLIVER ROSSI via Getty Images

En una investigación publicada por National Geographic, la doctora Jennifer A. Bartz replantea el concepto de la oxitocina más allá del enamoramiento, al reconocer sus efectos engañosos en el recuerdo que tenemos de nuestra figura materna cuando crecemos.

La idea comenzó después de un estudio en el que se analizaron los comportamientos de 31 hombres (no se trabajó con mujeres porque el exceso de oxitocina puede provocar daños colaterales en sus embarazos). En la investigación, el grupo se dividió en dos: la primera mitad inhaló un spray con oxitocina y la otra mitad un placebo. Luego de unas semanas, se intercambiaron los grupos de oxitocina y placebo, en ese momento, ni los investigadores ni los participantes del estudio sabían qué spray era placebo y cuál contenía oxitocina. Sin embargo, ambos grupos respondieron a preguntas sobre sus vínculos amorosos con pareja y amigos, sobre su sensibilidad al rechazo, su nivel de apego, qué tan cómodos se sienten al ser cercanos a otras personas, cuánto deseo de intimidad tienen y también sobre el tipo de maternidad que recibieron en su vida.

Al estudiar los resultados, Bartz notó que, aunque en un primer momento la inhalación de oxitocina no parecía modificar demasiado la idea que los participantes tenían sobre los cuidados que su madre les dio, al analizar detalladamente cada caso el resultado cambió. Y es que para los participantes que declararon ser más ansiosos, la perspectiva sobre el amor de su madre empeoró cuando se consumió oxitocina, mientras que para los participantes que se reconocieron como personas seguras, la oxitocina generó el efecto contrario y la imagen de su madre mejoró con esta sustancia.

Con este patrón, la doctora pudo concluir que la oxitocina, más allá de solo ser una hormona vinculada al amor, funciona de formas muy distintas en cada persona y que para algunos, puede ser un detonante de ansiedad e incluso modificar buenos recuerdos hasta convertirlos en algo más negativo de lo que fueron o de lo que recordaban en un primer momento. Aunque todavía no se sabe con certeza por qué sucede esto, las primeras opciones son que la oxitocina también puede activar procesos en la memoria que destapan recuerdos menos presentes en la vida de las personas y que estos, en casos de no ser del todo positivos, pueden generar el efecto contrario a la felicidad.