Por eso duele

No es drama. Esto pasa en tu cuerpo cuando sufres un desamor, según la ciencia

Si sufres de un desamor, tu cuerpo entra en estado de alerta, y no es exagerado decir que un corazón roto es una enfermedad.
pareja peleada en un sofa
Un desamor es una amenazaPeopleImages

Cuando sufres un desamor, sientes que el mundo se acaba. Aunque suene exagerado, es verdad que se trata de uno de los procesos más difíciles de sobrellevar, pues luego de terminar un vínculo romántico, podemos sentir que parte de nosotros se ha ido y no cabe duda de que se trata de uno de los duelos más complejos de vivir, en el que hay mucho dolor, nostalgia, confusión, culpa y otras emociones que en nada ayudan al bienestar personal… suena dramático ¿cierto? Lo bueno es que tenemos a la ciencia para respaldar esta verdad y vivir nuestro sufrimiento en paz.

Según diversas investigaciones, cuando sufres un desamor, experimentas transformaciones en tu cuerpo que generan dolor y que se asemejan a una enfermedad física, más allá de las dificultades emocionales que implica una separación de pareja. Además, es un tema que no se ha investigado tan exhaustivamente como los cambios en el cuerpo que ocurren cuando nos enamoramos, como si pocas personas quisieran hablar sobre el final, pues no es tan amigable como el inicio de la relación.

Estos son algunos de los cambios que vives en tu cuerpo cuando sufres un desamor.

Una separación activa un proceso doloroso en el cuerpo

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En tus células

De acuerdo con investigaciones de Steve Cole, profesor de Medicina, Psiquiatría y Ciencias Bioconductuales en la Facultad de Medicina de UCLA, en Estados Unidos, hay transformaciones a nivel genómico cuando se vive una separación que deben tomarse en cuenta. Por ejemplo, luego de medir algunas células del sistema inmune de personas después de un divorcio, descubrieron que estas estaban inflamadas, porque las personas se sienten asustadas y solas y, como instinto de supervivencia, esto hace que su sistema inmune se active de forma anormal, como lo hace ante la presencia de una amenaza. En palabras del experto, "Parece que cuando hemos sido abandonados, nuestros cuerpos lo interpretan de la misma manera que si nos hubieran dejado literalmente solos en la sabana en tiempos de nuestros ancestros, con miedo a depredadores o enfermedades: es ese mismo proceso, de nuevo, profundamente evolucionado".

En el cerebro

Por otro lado, algunos investigadores han analizado el desamor mediante la observación del cerebro de personas que están pasando por separaciones con escáneres para estudiar sus ondas cerebrales. Uno de estos casos es el de la antropóloga biológica Helen Fisher, quien hizo estudios de resonancia magnética en personas que pasan por un enamoramiento, reconociendo que en ellas se activaron las zonas del cerebro asociadas con la adicción y el anhelo, por lo que si nuestra pareja se va o desaparece, la angustia de perder ese estímulo se activa y genera una sensación de dependencia. Naturalmente, cuando el estímulo positivo que es la pareja no regresa, el cerebro tiene una ausencia de químicos que generan felicidad, las hormonas del estrés aumentan y el cuerpo pide devolverle esa sensación de placer (por eso, podemos llegar a insistir de más en regresar con alguien). Otros estudios de resonancia magnética han descubierto que el dolor del desamor se procesa cerca de partes del cerebro que lidian con el dolor físico, lo cual implica que el cuerpo se toma una separación tan en serio como se tomaría una enfermedad.

En las hormonas

Como probablemente ya sabes, al momento de enamorarnos liberamos hormonas como oxitocina, dopamina y vasopresina, las cuales aumentan la sensación de emoción, felicidad, confianza y atracción. A su vez, también se libera más testosterona y estrógeno, lo cual aumenta el deseo sexual de las personas y su energía física. Por el contrario, cuando se sufre un desamor, los niveles de estas hormonas se reducen drásticamente, lo cual hace que las personas se sientan sin deseo sexual ni mayor conexión física con la gente, lo cual podemos interpretar como extrañar al cuerpo ajeno, que tiene algo de cierto, pero también se trata de un cambio hormonal.