La colección original de relojes TAG Heuer Formula 1 fue un gran éxito comercial. Durante los años 80 y 90, cuando estaba en producción, se lanzó en más de 20 colores diferentes y tenía un precio accesible, entre 130 y 390 dólares. Era un reloj ideal para empezar una colección o el regalo de graduación perfecto para cualquier niño con estilo, y venía en un tamaño mini de 28 mm, perfecto para la muñeca de un joven. Las resistentes cajas de plástico o acero inoxidable y las correas de caucho lo convertían en una opción aún más adecuada para alguien que no buscaba un reloj precioso. Se vendieron tres millones de estos relojes de colores pop en los 10 años que se fabricaron, lo que los convirtió en una estrella crucial en el universo de la memoria millennial.
Ese universo es exactamente donde Ronnie Fieg, fundador de Kith, una marca de streetwear cargada de nostalgia, hace su mejor trabajo. Su último movimiento astuto es renovar el icónico TAG Heuer Formula 1 para el coleccionista moderno y para las hordas de fans locos por la moda que ha acumulado desde el lanzamiento de Kith en 2011. Fieg hace lo que mejor sabe hacer: convertir un producto querido de su juventud en un símbolo de estatus moderno. Lo ha hecho con tenis, ropa e incluso cereales. Y su nueva colaboración con TAG Heuer tiene casi garantizado otro éxito: “Para mí es tan importante como cualquier otro reloj [de lujo] por lo que significa para el mercado, por lo que significa para el amplio espectro de amantes de los relojes y por a quién puede dirigirse por su precio”, dijo Fieg.
El renacimiento de un icono
La colección Kith Formula 1 renovará el reloj con 10 nuevas combinaciones de colores, todas ellas muy similares a las originales. La versión actualizada tendrá una caja de tamaño grande de 35 mm, esferas limpias y a rayas con el eslogan “Just Us” de Kith, y mantendrá el bisel en forma de margarita dentada y los tonos pop del original. Pero el tamaño no es lo único que ha aumentado para 2024. Los nuevos relojes tienen un precio de 1,550 dólares, un presupuesto también para adultos: “Está a la altura de lo que fabrica TAG hoy en día”, explicó Fieg.
La colaboración empezó, como tantas grandes cosas, durante una cena. En una ocasión fortuita, Fieg se sentó junto a Frédéric Arnault, entonces CEO de TAG Heuer. Fieg, que no desaprovechaba la oportunidad de mantener a Kith en el centro de la conversación, se dirigió a Arnault y le habló de su adoración por el Formula 1, el reloj de su infancia: “Tener uno de esos relojes significaba mucho en los años 90, y este era el reloj que yo quería”, dijo Fieg. Esa misma noche, incluso sacó una vieja foto suya de adolescente con un peinado a lo Boy Meets World y un reloj Formula 1 rojo con negro en la muñeca para enseñársela a Arnault. El lanzamiento se produjo en un momento dorado, justo cuando la Formula 1 despertaba un renovado interés en la comunidad relojera, con coleccionistas que se apresuraban a comprarlos en eBay o sacaban de sus almacenes ejemplares olvidados hacía mucho tiempo. Los ejecutivos de TAG Heuer ya pensaban en una reaparición. En un evento celebrado en marzo del año pasado, Nicholas Biebuyck, director de patrimonio de TAG Heuer, bromeó: “Oh, no, por supuesto que no vamos a recuperar un reloj del que todo el mundo habla ahora mismo”. El recuerdo de la infancia de Fieg encajaba perfectamente con los planes de la marca y, poco después de su cena con Arnault, se formó una asociación oficial.
La nueva colección del TAG Heuer Formula 1 es el triunfo de una marca heredada que aprovecha al máximo su historia para resultar atractiva en el nuevo mundo de los relojes, equilibrando la tradición con los gustos de 2024. Se trata de un reloj que atrae a los aspirantes a coleccionistas al mundo de los relojes suizos de lujo, al tiempo que mantiene los estándares suizos de lujo que esperan los aficionados más establecidos. Esta parte no se le escapa a Fieg, que afirma: “Sin duda, amplía el espectro para atraer a nuevas personas al juego”.
Artículo publicado originalmente en GQ US.
