Aplica para todos

Responsabilidad afectiva: qué es y cómo puedes desarrollarla

Desarrollar responsabilidad afectiva puede mejorar la calidad de vida de las personas a nivel individual y también colectivo.
pareja en casa hablando en la sala
Los humanos somos seres sociales y eso es una responsabilidadSeventyFour

La responsabilidad afectiva parece ser un concepto de moda. Para algunos, incluso ha llegado a un nivel incómodo por su presencia, que parece ser muy constante, pues es frecuente que en una discusión de pareja reluzca la falta de esta o incluso que en una charla entre amistades alguien mencione la idea de que es lo que nos hace falta entregar. Sin embargo, para otras personas, la presencia de la responsabilidad afectiva ha sido de mucha ayuda para entablar vínculos saludables, para cuestionar y mejorar sus prácticas emocionales y sociales y hasta para evitar lastimar a otras personas, incluso si esto ocurría de forma poco consciente; pero ¿en qué consiste la responsabilidad afectiva?

¿Qué es la responsabilidad afectiva?

La responsabilidad afectiva no es exclusiva de vínculos románticos

jacoblund

La responsabilidad afectiva es, como su nombre lo indica, un tipo de responsabilidad. En este caso, se distingue por tratarse no solo de una responsabilidad a nivel personal, sino una a nivel social, que gira en torno a los deseos y necesidades de otras personas (aunque sin por eso descuidar nuestros propios límites y posibilidades) y que se fundamenta en el establecimiento de acuerdos, las pláticas exhaustivas y el consenso mutuo.

Después de todo, así como sabemos que en el día a día debemos cumplir con ciertos hábitos básicos como cepillarnos los dientes, lavar los platos, acudir a la escuela o trabajar, hacer ejercicio, cumplir con plazos de entrega de labores, etc. para convertirnos en personas responsables a nivel personal, también existen conductas que debemos tomar en cuenta para realmente cumplir con nuestros deberes a nivel social y en nuestras relaciones personales. Aquí es en donde participa la responsabilidad afectiva.

Sin embargo, no todas las personas toman en cuenta los deberes que tienen que cumplir (o que deberían, si quieren ser considerados y responsables) con la gente que los rodea.

¿Por qué es importante tener responsabilidad afectiva?

Actualmente, vivimos en una sociedad que es primordialmente egoísta e individualista. Quizá como consecuencia de algunas formas de comunicación predominantes, como lo son las redes sociales, cada día parece ser más difícil reconocer que existe una diversidad de opiniones y necesidades a nuestro alrededor que van más allá de lo que consideramos correcto a nivel subjetivo.

Para ello, conceptos como la responsabilidad afectiva tienen mucho que enseñarnos, pues nos recuerdan sobre el valor de pensar más allá de lo que nosotros consideramos importante, tomando en cuenta cómo se puede sentir alguien más a partir de nuestras acciones y evitando lastimar o confundir a la gente con que nos relacionamos. Después de todo, el ser humano siempre ha tenido un fuerte carácter social, que en momentos como la pandemia, donde el aislamiento y la soledad transformó la personalidad de muchos, ha sido reafirmada la urgencia que tenemos las personas por convivir, conectar, compartir y ofrecer amistad, amor, intimidad y más. Ahora, dado que esto es una parte clave del desarrollo humano, tenemos el deber de aprender a hacerlo de la mejor manera para el cuidado colectivo, así fomentaremos el amor, la buena comunicación, la paciencia, la empatía y el acompañamiento saludable.

¿Cómo desarrollar responsabilidad afectiva?

La capacidad de escucha y comprensión es clave

GETTY

Desarrollar responsabilidad afectiva depende de varios factores y, sin duda, es un proceso paulatino y en constante transformación. Con el paso del tiempo, las personas que cruzan nuestro camino y las experiencias que cada uno de nosotros vive, hacen que lo que ofrecemos y lo que esperamos de los demás pueda ir cambiando. Por eso, es importante tener una base sólida sobre cómo desarrollar y mantener esa responsabilidad con los demás, incluso si esta puede ser flexible. Estas son algunas recomendaciones:

Reconoce tu compromiso

Todas las personas tenemos compromisos, incluso si a algunas les resulta más retador reconocerlo que a otras. De hecho, el miedo al compromiso parece ser un patrón común en mucha gente, pero esto no significa que sea lo ideal. En realidad, si queremos ser personas con una buena responsabilidad afectiva, debemos comenzar por reconocer que todo vínculo, incluso cuando es casual, conlleva un cierto grado de compromiso, pues estamos acordando un intercambio emocional, corporal o social que nos involucra como agentes participativos. En ese sentido, más allá del tipo de relación que se establezca, debemos crear un sentido de compromiso a los acuerdos necesarios.

Crea acuerdos

En línea con el punto anterior, la creación de acuerdos específicos para cada relación es fundamental en la teoría de la responsabilidad afectiva. Esto no necesariamente significa que después de una noche de sexo casual con alguien debamos trazar una lista de planes a futuro. No, más bien, se trata de comprender y reconocer qué es lo que cada persona quiere en ese momento y de llegar a acuerdos que respeten los deseos y límites de todos, incluso si estos son mantener encuentros esporádicos o limitar el contacto, pero eso sí, es fundamental que todos los acuerdos que se hagan sean consensuados y mutuos. Si las personas no coinciden en sus deseos, es buen momento para alejarse.

Habla… y mucho

Las personas que buscan una responsabilidad afectiva activa tienen muchas y muy extensas charlas con sus parejas, amistades, familiares o quien sea para poder llegar a buenos acuerdos, para conocer los pensamientos de cada persona involucrada en una relación y para poner en práctica la escucha atenta, la empatía e incluso el establecimiento de límites, pero nada de esto es posible si no se dedica tiempo y energía a tener conversaciones sobre deseos, dudas, pensamientos e inseguridades en cada vínculo, que fomenten mejores acuerdos entre ellos y que sirvan para satisfacer a todos.

Sé honesto

Dado que para la responsabilidad afectiva las conversaciones son tan importantes, cabe aclarar que la honestidad en ellas es fundamental. Después de todo, de nada sirve hablar por dos horas sobre si estamos de acuerdo con el poliamor o no si no decimos la verdad al respecto. Que por cierto, para ser honestos, hay que conocerse bien a uno mismo, así que la responsabilidad hacia los demás, más allá de su carácter social, siempre será parte del autoconocimiento y el autocuidado.